martes, 6 de julio de 2010

Simpel y Angustia

En la palma de los dedos lleva la marca del tiempo. Aquello que le queda;

"Sabor a cacao en los bolsillos, una angustia demencial, seis horas que pueden dar un pecho repleto de aire, y aquel fuego de sol seguirá a millones de pasos sin poder hacer mucho."

"Con su profunda pollera supo hacerse mirar, honrar a todo rato, presentarse con suficiente presión automática que ya es dueña; y señora de a ratos."

"El vio una vez sonreír de semejante forma que aprehendió a nunca decir no, más nunca decir no."

"El vio una vez los arboles que pintan paredes amarillas frente a los costados del camino que eligió su molde."

"El vio, conoce, y extraña las olas del mar."

"El vio un sueño."

"El es sueño."


Simpel no pide traerlos, pide que se lo lleven.

jueves, 24 de junio de 2010

Simpel y el tonto panfleto de un garabato.

Sospechando que aquel cubículo resultaba más gentil de lo que su seño indicaba, Medrome Jerga no hizo alusión a aquello correspondiente a “los malos tratos del mal modo”.
Casi famélica la razón de los costados, devorando toda prisa imprecisa pero con final digno de buen enfoque. Todo resultaba podrido en su haber. Como las deudas son tantas, el rojo toma un tinte borra vino y las proas indican que los caminos van hacia ninguna parte. Las proas confunden. ¿Cómo puede saber una proa donde está el camino?
Simpel sentado en el ultimo banco de la plaza más fría dice: “O las toman de estúpidas, o ellas son verdaderamente brillantes.”
Aquí el único estúpido es él. Sentarse en el banco más lejano a todo calor, a cualquier calor. Muchacho de pocas palabras a lo desconocido. Tonto panfleto de un garabato.
Esperándolo está la pasta escrita por doquier. Y despistado preguntó: “¿Don quién?”

Que ultraje, que mal gusto. Pareciera que allí se encuentra su peor adicción, en la libertad limitada por el gris.
Negros y blancos, que los hay los hay. Enfurecido se preguntó por primera vez: “Si brujas sobran… ¿No van a sobrar colores?”
Cachiranfuladastroira se hace presente cuando en verdad es necesario. Pero sus hijas e hijos resultan presentar al escenario un efusivo corte de mal trecho con arrechuchos de cocina.

Y dijo: “¡Ma´si!” - Y camin
o.

miércoles, 23 de junio de 2010

Disiente cultura pasada, Simpel Madrome Jerga.

Propongo que las nubes acoplen el debido lugar que gusten merecer. Que el sol retrate tu cara entre recuerdo de instante, entre olfato alardeado. Propongo… Propongo que aquellas aguas nuestras se descubran haciendo reírnos de frío y propongo que repletes de agua tu boca para brindar conmigo. Propongo que los pechitos de miel con carbón, reluzcan un atuendo de sabana fría y prometedora, para ser siempre empañados por caminos de incierta fortuna de gracia. Propongo un té.
Propongo, propongo, propongo... Pero el secreto sigue estando en hacer.


Mis primeras sílabas a por tu amor querida Ana,

Simpel.

Retrato de Simpel Madrome Jerga, primero.

A veces las galaxias podrían ubicarse en lugares más acostumbrados al orden de la humildad, y así ayudarían a que la aldea que sostiene su helada no duerma tan disconforme. Respecto, siempre recto respeto.
Ordena diluvios universales y alumbra sobre costas que ningún faro vigila. Es siempre desprolijo en su absurdo dilema de intentar ser aquello que simplemente, no intenta dejar de ser lo que nunca gustaría ser. Algo así como otra mirada.
Despoja sus ideas de costumbres, pero bien acostumbrado está a los almohadones. Es quizá su mayor debilidad, su talón de Heracles, o aquí les podría mencionar historia de convento. No solo no le teme a los payasos, hay vientos que recorren el prado como gota que desliza en vidrio empañado de camino.
A veces preguntan las manos donde camina aquella cara sin pintar, y se empapan desdichadamente en algún que otro lago compañero. Y cuando intentan secarse no hay forma que la fría brisa no deje de soplar. No se pudo despedir del Barba, y eso le duele.
Es un mensaje de cartel. El suplicio que jamás ha de sorprender a la confianza de felino atardecer. Así como aquel que asoma por encima de la reja suplicando por su pelota, asoma su respiración intensa a los cuchicheos de esquina carnavalear. Es una historia enredada entre lenguas de barrio, es de coro y lo asusta la plata;
Amó a todo aquello que nunca se le cruzo por frente, y se desvivió por algunas ideas fuleras que caminaron veredas de desprolijo empedrado. Ahora le gustan los harapos, pero “bien puestos”. Así como intenta sostenerlos.
Gusta de las bicicletas pero no de las altas velocidades, y curioso se enfrenta a los rayos que giran sin error o caen del cielo cada uno o dos enojos celestes. Enfrenta las aguas besadas por cordones con cortos pantalones, e ideas de maraña. Pelo desprolijo y poco arreglo en las mañanas que estornudan de calor. Algunas tienen propicios nombre de dibujo aquel, “el de cuando nos éramos chicos”.
Cae en viento y toma el sol en tazas lavadas por barro; “Barro que sostiene en libertad”. Gracias al viento, a los glaciares caídos al calor, gracias a que aquellos que tienen idea de mapa y caminaron por mismos círculos perdidos. Gracias al aire y el agua, y vayamos a saber a quien más, los caminos, se cruzaron. Ahora se toman un recreo, así como de escuela primaria.
El, prosigue en su recurso de renglón y espera que los mapas se mareen de caminos por to
mar.

lunes, 21 de junio de 2010

Simpel y el ramo de Discolum Arfalum.




Para que alguien haga papel;

Siempre ese debería ser Simpel, al encontrarme tan intimo con el ruido. Mire que usted conoce de cascabeles pero siempre se pierde ante otro sonido.
Porque dijo un “Loco eh mierda” una vez, que si el yuyo crece para los costados, es que los caballos caminan por ahí para sentir las cosquillas “nomá”…
Perplejo, quedé perplejo. Si vos vieras, tenía mas aires que un pájaro. Clarísima tenía la idea de que eso sería volar.
Yo me pare, acomodé la silla detrás, y cuando volví a mirar para arriba…. ¡paf!
Aplaudir, a ella le encantaba aplaudir. No sé si resulta risueño que el rojo del fondo de tu ojos hubiese estado por algún que otro mar pequeño. Como los míos son esos zapatos…
Hay perdón, se me perdió el tiempo;
Entonces, decía… Cuan raro está el sufragio de algunos purpura movimientos, de mala playa. Así como palmeras cortando el aire, o piedras disfrazadas por la arena. Montón de arena.
Y, lamento confesarlo. Para mí desde el principio fue así, pero no nos dimos cuenta. Los ángeles con camiseta viven del otro lado del rio. Tienen una confianza masiva, un honor divino, una pureza en aquel grito que abre innumerables campos de batalla.
Yo, vi un día. Y un cascabeleo de pollera rota que me permitió soltar las cuerdas, desarmar unos nudos, correrme un poco de la sombra, y dar gracias a que el sol me hizo estornudar...

Simpel: Fah! Qué sonrisa querida! Perdoname pero no puedo dejar de soltar todo el aire al mismo tiempo.
¿Se prendió después o antes que la luna? Que rechonchozo se ve todo desde aquel rincón.
Bueno, sean las que deban ser, están bien….



(Silencio)



¡Discolum Arfalum!

miércoles, 20 de agosto de 2008

miércoles, 13 de agosto de 2008